Sexy y atrevida, la cantante Rihanna deslumbró al público alemán con una cibernética “performance” de "Rude boy", uno de los hits de su último disco "Rated R".
Enfundada en una especie de body-esmoquin, con un sugerente postizo que imitaba el uniforme de las conejitas de Playboy, la cantante protagonizó la actuación más caliente y sonada de los Echo Awards.
Acompañada de dos enormes robots que danzaron, besaron, tocaron e incluso lanzaron agua a la diva del pop. La cantante, desprovista de su “Umbrella”, se mojó, pero lleno de animo y locura al publico que no dejo de gritar su nombre ni un solo momento.
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